La inflación sigue por las nubes en Argentina, y su Gobierno ha decidido poner encima de la mesa una medida reservada para ocasiones límite: Alberto Fernández, el presidente del país, ha anunciado que prohibirá la exportación de carne al extranjero para aumentar la oferta local y frenar el aumento descontrolado de los precios, recuperando el librillo de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
El presidente se reunió el lunes por la noche con una asociación de exportadores de carne vacuna para anunciarles que tendrán prohibido vender en el extranjero durante 30 días. En ese período, el Gobierno determinará un conjunto de medidas de emergencia para el sector. Fernández agregó que el plazo podría acortarse si la implementación de las medidas conduce a "resultados positivos", según el comunicado del Gobierno en el que se anunció la decisión.
La medida demuestra que el Gobierno está dispuesto a sacrificar los dólares de las exportaciones, que necesita para pagar importaciones, devolver su deuda y estabilizar su moneda, para apaciguar a los consumidores locales antes de las elecciones legislativas de finales de año, en las que el peronismo se juega conseguir la mayoría en el Congreso y dejar de depender de una coalición arcoíris de diputados regionalistas para sacar adelante sus proyectos.
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En 2020, las exportaciones de carne vacuna del país ascendieron a unos 3.000 millones de dólares, pero el Gobierno ha dado más importancia a calmar las tensiones que produce la subida de precios constante en las carnicerías. En un país en el que el asado es una religión, el hecho de que la ternera haya subido un 65% en el último año, por encima de la gran mayoría de productos de la cesta de la compra, que ronda un 55% de alza, es una alerta roja.
"El presidente de la nación expresó su preocupación por el crecimiento sostenido en los últimos meses", según el comunicado. En la reunión también se discutieron posibles "acciones a implementar con el objeto de restringir prácticas especulativas" y evasión fiscal. Algunas de las medidas se adoptarán en los próximos días.
Las asociaciones ganaderas del país culpan de las subidas de precios al alza del maíz, por el aumento de la demanda en China, entre otros motivos, y al fuerte aumento de la demanda interna tras la reapertura de restaurantes que llevaban un año cerrados. El plan del Gobierno consiste en obligar a los productores a vender sus reses en el interior del país para estabilizar la oferta y la demanda nacional y, como consecuencia, los precios. Sin embargo, las últimas veces que se aplicó esta medida, el resultado fue que el número de cabezas de ganado se desplomó y el país perdió cuota de mercado a nivel internacional.
Las exportaciones argentinas de ternera llevan al alza desde durante cuatro años y alcanzaron un récord en los primeros dos meses de 2021, según la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra). El mes pasado, el Gobierno formalizó un registro para garantizar suministros nacionales de carne vacuna a precios accesibles y para monitorear los envíos y suministros en el país.
Fuente: EL ECONOMISTA (ARGENTINA)
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