Wendy Sherman, segunda del Departamento de Estado, fue notificada
por el canciller chino Wang Yi de los "3 mandamientos chinos".
1."EEUU no deberá desafiar, calumniar o subvertir la vía china y su sistema"; 2."No deberá interrumpir o socavar el desarrollo de China"; 3."No deberá violar la soberanía nacional de China o su integridad territorial".
En similitud a los 10 mandamientos de Moisés en el siglo 14 a.C., que conforman la base del judeo-cristianismo, ahora China en el siglo 21 d.C. le entregó en la ciudad de Tianjin sus "3 mandamientos" a la israelí-estadunidense Wendy Sherman, segunda de a bordo del secretario de Estado, el también israelí-estadunidense Antony Blinken, que constituyen las "líneas de fondo" para mejorar las deterioradas relaciones de EEUU y China. Del primer encuentro, en la fase de la Administración Biden, en Anchorage (Alaska), que resultó un fracaso, a la segunda reunión en Tianjin, puerto cercano a la capital Pekín, ambas partes tuvieron el tiempo necesario, 135 días, para sopesar sus posturas. Así como EEUU no quiso realizar la primera reunión en su capital, Washington, tampoco China realizó la segunda reunión en su capital, Pekín. Los significados y símbolos en la civilización china son altamente significativos y lo que desean enseñar los diplomáticos chinos es que ya no están dispuestos a tolerar las invectivas y amenazas para someter a China, al triste estilo de las 2 "guerras del opio" que libró el Occidente de aquel entonces en el siglo 19 y que los chinos recuerdan como una de las peores humillaciones de su larga historia. La primera reunión en Anchorage fue eruptiva, donde EEUU fue representado por el Secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de Seguridad Nacional, el israelí-estadunidense Jake Sullivan, frente a Yang Jiechi —el funcionario de mayor rango en la cancillería en el esquema del Partido Comunista Chino, especialista en asuntos estadounidenses— y el canciller Wang Yi. Yang Jiechi paró en seco la soberbia estadounidense cuando conminó a Washington de no estar calificada para "hablar desde una posición de fuerza" en su trato con China. Como si lo anterior fuera poco, Yang Jiechi fustigó que Washington usa su fuerza militar y su supremacía financiera para suprimir a otros países, mientras que Blinken y Sullivan se confinaban a pontificar los principios "morales(sic)" que sustentan el "orden internacional" y la "estabilidad global".
Ahora en Tianjin cambiaron los negociadores y solo repitió el canciller Wang Yi. La buena noticia de la reunión de Tianjin es que ante todo se haya celebrado y donde, en esta ocasión, la negociadora Wendy Sherman llegó en mejor disposición, pese a que repitió la misma letanía "moralista" de la política exterior de EEUU como el "país indispensable" y "excepcional" que promovió la Secretaria de Estado Madeleine Albright, nacida en Praga, canciller con Clinton y consultora especial del polaco-canadiense-estadounidense y ultra-rusófobo Brzezinski- asesor de Seguridad Nacional con Carter e íntimo de Obama- quien adoptó los balcanizadores teoremas geopolíticos del británico Mackinder para dislocar a Eurasia. Cabe señalar que Wendy Sherman fue consejera especial de Madeleine Albright y subsecretaria con Hillary Clinton. Antes de su encuentro con el canciller Wang Yi, Wendy Sherman se había reunido con el vicecanciller Xie Feng, quien anticipó la tónica de los "3 mandamientos" chinos.
Ya 2 días antes, el mismo canciller Wang Yi aleccionó a EEUU sobre cómo tratar a los otros países en forma igualitaria y no sentirse "superior a los demás". Se deduce fácilmente que las pontificaciones de EEUU en Anchorage no tuvieron resonancia alguna y hasta fueron contraproducentes en la reunión de Tianjin.
Fuente: SPUTNIK
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