La hermana Yolanda Cerón yacía sin vida en una calle de Tumaco, a pocos pasos de su trabajo en la Pastoral Social, donde había denunciado una y otra vez los gravísimos atropellos a los Derechos Humanos que cometían los grupos armados en la región. Era un día como hoy, 19 de septiembre, del año 2001 cuando murió bajo las manos Asesinas del Paramilitarismo, Bloque Libertadores del Sur en cabeza de Pablo Sevillano.
La hermana Yolanda, como la llamaba todo el mundo, había empezado siendo profesora en una escuelita rural de Salahonda donde conoció de primera mano el abandono en el que vivían las comunidades negras del Pacífico. Y aunque su piel no era negra, pronto se convirtió en una firme lideresa que organizó a las comunidades afrocolombianas de todo el litoral en la lucha por la titulación de sus territorios colectivos. Yolanda Cerón fue impulsora y abanderada de la ley 70, gracias a su trabajo junto a las comunidades consiguió la titulación de medio millón de hectáreas para los pueblos afrodescendientes de Nariño.
“Un cristiano verdadero”, solía decir Yolanda, “lucha y defiende los derechos de su comunidad”. Por eso los paramilitares ordenaron su muerte, porque no le perdonaban haber defendido a los más desprotegidos. Yolanda denunció las complicidades entre empresarios, militares y políticos locales con los grupos paramilitares que se habían instalado en la región desde mediados de los años noventa. No obstante, su legado pervive en cada uno de los hombres y mujeres que a pesar de las enormes dificultades que acarrea el conflicto armado siguen luchando por sus territorios ancestrales.
Envía esta crónica: LUPE CECILIA CASTILLO*
*Docente, activista y poeta.
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