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Uribe, "más imputado" que nunca


La extensa y compleja jornada que se vivió en la Corte Constitucional el miércoles y que terminó, en una apretada votación 5 contra 4, negando la tutela presentada por la defensa del expresidente Álvaro Uribe Vélez, evidencia la gran controversia que rodea el proceso por soborno y fraude procesal contra el exmandatario y presagia las duras discusiones que seguirán en adelante.


La decisión de la Corte permite que el proceso contra Uribe Vélez siga su curso normal en un despacho judicial de Paloquemao, cuya jueza tendrá que definir si acepta o no la petición de preclusión hecha por la Fiscalía, a la cual se oponen las víctimas acreditadas.


Y aunque el alto tribunal abrió la puerta para que las partes puedan pedir una nueva audiencia innominada para verificar si se respetaron o no los derechos fundamentales del exsenador, analistas consultados prácticamente descartaron que la defensa de Uribe o la Fiscalía pidan esa diligencia cuando la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional ya fijaron posiciones sobre el tema y consideraron que el exmandatario ya estaba imputado y no hubo afectaciones a sus derechos.


El complejo proceso tendrá un nuevo capítulo el jueves 19 de noviembre, ante un despacho de Paloquemao, cuando intervendrá el abogado Miguel Ángel del Río Malo, quien representa a Deyanira Gómez, exesposa del testigo Juan Guillermo Monsalve. El abogado Del Río Malo se tomará al menos dos jornadas completas para sentar su oposición frente a la petición de preclusión del caso hecha por la Fiscalía y luego se dará paso a una abogada cuya intervención podría dilatar el proceso.


Se acerca la vacancia judicial


El 5 de octubre se presentó a la audiencia la abogada Laura Valentina Muñoz Osorio, quien no había sido mencionada en el proceso y pidió ser acreditada como víctima. Ella intervendrá a finales de noviembre y explicará las razones por las que considera debe ser reconocida como víctima, en caso de que su petición sea rechazada, ella podría apelar y el proceso se frenaría mientras el Tribunal Superior de Bogotá resuelve esa apelación.


Con ese escenario, el proceso no podría seguir este año y con la vacancia judicial que se inicia a mediados de diciembre, cualquier decisión quedaría para después de vacaciones.


En todo caso, si la decisión no es apelada, aún falta por hablar la representante de la Procuraduría General y la defensa de Uribe Vélez, que se tomaría al menos una semana.


Con ese panorama sería muy difícil que se pueda conocer la decisión de la jueza del caso sobre la petición de preclusión este año y de nuevo el proceso quedaría en fila para programar audiencias después del 14 de enero, cuando termina la vacancia judicial.


A esto se suma que seguramente la decisión de la jueza será apelada por algunas de las partes y el caso sería enviado al Tribunal Superior de Bogotá para su revisión. En el tribunal los tiempos para conocer una decisión de segunda instancia no se cuentan en semanas sino en meses e incluso en algunos casos, como las condenas por las desapariciones durante la retoma del Palacio de Justicia, en años.


Y esa decisión del Tribunal Superior de Bogotá también puede ser objeto de recursos como tutelas que podrían llegar a la Corte Suprema de Justicia, en cuya Sala de Instrucción se inició todo el proceso.


Con todo esto, cualquier definición del proceso, al menos en primera instancia, se conocería el próximo año en plena campaña para Congreso y Presidencia, y cualquiera que sea la decisión de la jueza y luego del tribunal, no solo va a generar mucha controversia en la opinión publica sino que podría llegar a ser insumo político para los sectores en campaña.


Analistas señalaron que aunque los procesos judiciales tendrían que estar al margen de la actualidad política, es un hecho que cada decisión en el caso Uribe Vélez tiene un efecto como caja de resonancia en el mundo político, que se pronuncia, según su tendencia, apoyando o cuestionando los fallos que se van conociendo.


El doctor en Ciencias Políticas Yann Basset consideró que el proceso, que va a seguir paralelo a la campaña del próximo año, puede contribuir a radicalizar el discurso de algunos partidarios del expresidente.


Una campaña alrededor de la defensa de su figura solo les serviría a los políticos de Centro Democrático: Yann Basset

“Creo que Uribe Vélez no está en el centro de las preocupaciones de la gran mayoría de los colombianos en este contexto pospandémico, y que una campaña alrededor de la defensa de su figura solo les serviría a los políticos de Centro Democrático para su propio nicho electoral, pero no mucho más”, indicó Basset.


La abogada y magíster en Estudios Políticas Patricia Muñoz Yi consideró que por lo mediático del caso y de la figura del expresidente Uribe, el proceso podría tener algún tipo de incidencia en la campaña electoral.


Sin embargo, indicó que el hecho de que Uribe Vélez esté concentrado en su defensa y que no vaya a presentar su nombre como cabeza de lista al Congreso genera una gran diferencia frente a lo que sucedió en la campaña de hace cuatro años.


El mismo Uribe, en un trino conocido después de la decisión de la Corte Constitucional, evidenció paralelamente sus preocupaciones por su defensa y el rumbo del país. “En diálogo con mi ser busco más fuerza espiritual para defender mi reputación, seguridad jurídica, y luchar contra las amenazas tibias y radicales a la democracia”, indicó el expresidente.



Fuente: DIARIO EL TIEMPO

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